jueves, 21 de agosto de 2008

meditacion

La meditación forja nuevas conexiones neuronales

La meditación y la disciplina mental pueden cambiar el modo de
trabajar del
cerebro. A los monjes budistas la meditación les permite alcanzar
niveles de
consciencia inusuales gracias a la creación de conexiones neuronales
que no
existen en los individuos que no suelen realizan prácticas contemplativas.
Así lo han comprobado los investigadores de la Universidad de
Wisconsin-Madison (EE UU) que desde 1992 llevan a cabo un estudio en
colaboración con el actual Dalai Lama y otros monjes budistas muy
experimentados en el arte de la meditación. Los últimos resultados de este
estudio, liderado por los neurocientíficos Antoine Lutz y Richard
Davidson,
han sido publicados en la revista 'Proceedings of the National Academy of
Sciences'. Hasta ahora fenómenos como la paz interior y la serenidad
adquiridos a través de la meditación se interpretaban recurriendo a
fuerzas
metafísicas. Hoy, gracias a este estudio, los efectos de estas
prácticas se
han 'traducido' al lenguaje científico. Los monjes budistas que llevan
largo
tiempo practicando meditación presentan una gran actividad en una zona
determinada del cerebro, justo detrás de la parte izquierda de la
frente, en
la corteza prefrontal izquierda. En cambio este área no presenta casi
actividad en los individuos que no
practican meditación, aunque sí está 'viva' con más frecuencia en aquellos
que tienen un carácter optimista y poco ansioso. "Hemos observado que los
monjes que llevan meditando largo tiempo registran una actividad en esa
parte del cerebro realmente alta", explica Richard Davidson, integrante la
investigación, que se desarrolla en el Laboratorio de Imagen Funcional del
Cerebro y Comportamiento. Asegura que alcanzar un grado de actividad
cerebral tan alto en ese área requiere un entrenamiento, al igual que los
jugadores de tenis, por ejemplo, mejoran con la práctica en la
ejecución de
este deporte. Monjes y estudiantes Todo comenzó cuando en 1992 el
Dalai Lama
invitó al doctor Davidson a su casa en Dharamsala, en la India. Este
psicólogo lleva largo tiempo desgranando los secretos del
comportamiento del
cerebro; algo que llamó la atención del Dalai Lama. Los monjes budistas
cuentan con una tradición centenaria de meditación y recogimiento y la
curiosidad llevó al
Dalai Lama a proponer al investigador el estudio del cerebro de los monjes
de su comunidad. Ocho de los monjes más duchos en la meditación se
prestaron
como voluntarios para la investigación de Davidson. Son monjes que han
practicado la introspección durante un tiempo estimado de 10.000 a 50.000
horas, durante un tiempo que oscila entre los 15 y 40 años. El grupo de
control lo constituyeron 10 estudiantes sin experiencia previa en el
arte de
la meditación a los que instaron a dedicar una semana de 'entrenamiento' a
la contemplación. Colocaron una red con 256 sensores eléctricos en la
cabeza
de los monjes y de los voluntarios y se les animó a meditar durante un
rato.
Los datos registrados por la red de sensores en los monjes budistas fueron
impresionantes. "La amplitud de las ondas gamma recogidas en algunos
de los
monjes son las mayores de la historia registradas en un contexto no
patológico", indican en el atículo. La altísima amplitud de estas
ondas -que
están
asociadas con la capacidad para prestar atención y el aprendizaje-
tiene su
explicación en la suma de las que emiten las diferentes neuronas.
Durante la
meditación, los monjes conseguían poner en fase (sincronizar) un número de
neuronas muy elevado. Un cerebro cambiante La versión más aceptada
hace unos
años sobre el desarrollo de nuestro cerebro indicaba que las conexiones
neuronales se fijan cuando somos bebés y niños y no varían durante la edad
adulta. Pero en la última década, las nuevas técnicas de neuroimagen han
permitido observar cambios en las conexiones neuronales habituales durante
la edad adulta y se ha comenzado a hablar de la llamada
'neuroplasticidad' o
continuidad del desarrollo cerebral durante la edad adulta. Hoy en día,
multitud de estudios constatan que el cerebro no es estático sino que
cambia
dinámicamente a lo largo de la vida del hombre. En opinión de estos
científicos, los resultados del estudio indican que el cerebro, con un
correcto
entrenamiento, puede desarrollar funciones y conexiones neuronales nunca
imaginadas. A pesar de todo, el Dalai Lama, al que le fue otorgado el
Premio
Nobel de la Paz en 1989, no cree que los científicos puedan explicar el
nirvana. "La ciencia puede desvelar que ciertas técnicas podrían ayudar a
distinguir los porqués de una vida feliz o una miserable, pero la
comprensión profunda de la naturaleza de la mente sólo puede alcanzarse a
través de la meditación", asegura.

NEUROPSIQUIATRÍA

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